El promedio mensual de perforación alcanzó los 34 pozos. Esto representa un aumento significativo respecto al 2023. En ese año, el promedio mensual se ubicó en 20 pozos conectados.
Entre enero y noviembre, se perforaron 374 pozos en total. De estos, 297 fueron destinados al petróleo y 77 al gas. Las cifras reflejan la creciente actividad en la roca madre. La Secretaría de Energía aún no publicó los datos de diciembre. Se espera que el total de perforaciones del año supere las expectativas iniciales. Este desempeño refuerza el protagonismo de Vaca Muerta en la industria energética.
El primer semestre mostró fluctuaciones en la actividad. Enero y noviembre registraron la menor cantidad de pozos perforados. Febrero, en cambio, alcanzó un pico con 42 perforaciones. Junio fue el mes más destacado del año. Se conectaron 44 pozos, el número más alto en la historia de Vaca Muerta. Este récord demuestra la eficiencia operativa del sector.
Los últimos meses mantuvieron un ritmo constante. Septiembre y octubre contribuyeron con más de 70 pozos conectados. La industria continúa superando metas, a pesar de los de
desafíos logísticos.
El petróleo encabeza las perforaciones con más del 80% de los pozos conectados. El gas también tuvo un rol clave en la actividad. Esta diversificación refuerza la seguridad energética del país.
Los cuellos de botella en el transporte siguen siendo un obstáculo. Sin embargo, las proyecciones para 2025 son optimistas. Vaca Muerta promete consolidarse como líder en el sector no convencional.
El sector hidrocarburífero argentino vive un momento único. La formación continúa superando marcas y proyecta un futuro prometedor. Vaca Muerta es símbolo de crecimiento y resiliencia.
Fuente: Lu17