El cierre de la Refinería de Campo Durán es un golpe para la economía regional de Salta y refleja los desafíos que enfrenta la industria energética de la región.
La Refinería de Campo Durán en Salta dejará de procesar petróleo después de más de 50 años de operación continua debido al declive de la Cuenca Noroeste y la falta de disponibilidad de petróleo crudo. La empresa Refinor confirmó el cierre definitivo de sus plantas y discontinuará las operaciones de refinación en el complejo salteño. Esta decisión se toma con responsabilidad, según la empresa, que busca adaptarse a los desafíos actuales y aprovechar las oportunidades del mercado energético argentino.
La refinería fue un pilar productivo del sector energético en el norte argentino, pero comenzó a declinar en 2008 debido al envejecimiento de yacimientos y políticas energéticas adversas. En los últimos 17 años, la producción de gas en Salta se desplomó de 20 millones a 3 millones de metros cúbicos diarios. El sindicato del sector expresó su rechazo al cierre y exigió medidas urgentes a los gobiernos para revertir la decisión empresarial.
Refinor planea reorganizar su modelo de negocios, priorizando el gas natural de Vaca Muerta y garantizando el abastecimiento de combustibles. El complejo de Campo Durán se convertirá en un centro logístico y de distribución para el Noroeste argentino y países del Cono Sur. La empresa utilizará el Gasoducto Norte revertido para transportar gas desde Neuquén y distribuirá productos refinados en Mendoza.
El cierre de la refinería podría implicar la pérdida de hasta 500 empleos directos e indirectos, afectando a cientos de familias en la región. Los legisladores locales exigieron intervención de las autoridades provinciales y nacionales para evitar un daño mayor en la economía regional y el tejido social del norte salteño.