Bolivia estima que sus exportaciones de gas natural sumen durante el año que corre un valor de casi 3.000 millones de dólares, un 30 por ciento más que en el año anterior, debido a mayores volúmenes y precios del hidrocarburo, según informó este miércoles la petrolera estatal YPFB.
A pocos días de que finalice el cuarto intermedio en la negociación por la sexta adenda del contrato original de importación de gas de Bolivia hacia la Argentina, el diálogo está estancado porque Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), teniendo en cuenta el nuevo contexto internacional de suba en las cotizaciones del gas y el petróleo provocado por la guerra entre Rusia y Ucrania, endureció su posición y pretende una mejora en el precio.
«Estimamos cerrar este año con un superávit, con más ingresos por exportación de gas que egresos debidos a la importación de líquidos (…); vamos a cerrar el 2022 con más de 2.960 millones de dólares de ingresos por este concepto» declaró el vicepresidente de YPFB (Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos), Enzo Michel.
Sin referirse directamente al impacto del conflicto en Ucrania, el funcionario aludió -según fue citado en un boletín institucional- al «incremento en el precio del petróleo» como uno de los factores favorables para las ventas bolivianas de gas a Argentina y Brasil.
Por ahora, el mayor contrapunto entre ambos países es por los volúmenes de gas: el gobierno argentino quiere que este año Bolivia despache más cantidad que los 14 millones de metros cúbicos diarios (MMm3/d) que envió en el invierno del año pasado. En las negociaciones para extender el contrato (suscripto en 2006) intervienen el Ministerio de Economía y funcionarios de Presidencia. Bolivia, que al mismo tiempo está negociando envíos con Brasil, pretende entregar menos volúmenes que el despachado en el invierno de 2021.