El “hormiguero” de pozos petroleros de las áreas Barrancas, La Ventana y Vizcacheras está semi abandonado y terminará el 2024 en una situación incierta.
Se trata de los yacimientos que la empresa estatal YPF dejó de lado y busca ceder para concentrar la inversión y la atención en Vaca Muerta. Pero el proceso se extendió mucho más allá de lo prometido y tiene una complejidad también mayor. Las áreas se dividieron y fueron agrupadas en tres clústers. Solo fue aprobado por ahora el clúster Llancanelo, que quedó en manos de Petroquímica Comodoro Rivadavia. Los otros dos, Mendoza Sur y Mendoza Norte, están en proceso de análisis. El más complejo es el que linda con el Gran Mendoza y abarca una superficie enorme. YPF preseleccionó a Petróleos Sudamericanos como sucesora, una firma que no tiene presencia en Mendoza. La promesa era que en agosto iba a estar todo terminado. Pero recién en noviembre, según fuentes oficiales, la petrolera estatal terminó de completar la información requerida. En una primera instancia la propuesta no convenció al Estado de Mendoza, dueño de los recursos y quien debe aprobar la cesión de una empresa a la otra. El foco del Gobierno está puesto en el plan de inversión y la posibilidad de mejorar la producción a futuro; en realidad a amenguar el decline. Según aseguran, YPF eligió a PS porque presentó la mejor oferta económica de “compra” de los activos, pero no tanto por la propuesta a futuro. Allí hay una puja, una guerra fría por la empresa elegida. En el Gobierno sugieren que había otras propuestas superadoras en cuanto a los plantes de trabajo.