Además del tope a las naftas, distintas razones de mercado explican la brecha entre precios internos y externos. Los crudos pesados de la cuenca San Jorge lograron un mejor posicionamiento, ante la sobreoferta del petróleo liviano de la cuenca Neuquina.
Aunque el precio internacional del crudo tuvo una fuerte recuperación durante el año pasado y superó los 90 dólares por barril la semana pasada, la liquidación hacia las provincias productoras de hidrocarburos se mantiene, en el país, por debajo de esa referencia externa.
Para Santa Cruz, la pérdida fue de 8 dólares por barril en relación al promedio mensual del crudo tipo Brent. Aun así, fue el crudo mejor cotizado del país. Neuquén cedió más, ya que recibió 17 dólares menos por unidad y Chubut quedó 10 dólares por debajo de aquella referencia.
Aunque no hubo una normativa específica para regularlo de ese modo, la negociación entre productoras de crudo y refinadoras, que en una gran parte del mercado concentra a los mismos actores en ambos eslabones de la cadena, llevó a establecer una especie de “barril criollo” no reglamentado.
La mención alude a la diferencia entre los precios a los que se liquida el petróleo en el mercado argentino, frente a lo que ocurre en el mercado internacional. Si bien un decreto había establecido ese precio diferenciado en 2020, para sostener valores internos por encima de los externos, que se derrumbaron por la pandemia, esa normativa perdió vigencia cuando el mundo empezó a recuperar grados crecientes de normalidad.
Si bien, habitualmente hay descuentos por penalidad según los tipos de crudo, la brecha en el último año ha sido mucho más profunda que aquella diferencia habitual.
Fuente: La Opinión Austral