A pesar del escándalo por los costos del proyecto, la Refinería de Cartagena se consolida como la segunda empresa más grande del país, convertida en una máquina de hacer dinero y combustible. Su presidente Herman Galán argumenta por qué es un activo estratégico para Colombia.
La billonaria empresa de Reficar, subsidiaria de Ecopetrol, se mantiene con una llama encendida. Con una capacidad de carga de 207.000 barriles por día, desde 2015 le ahorrado a Colombia US$15.000 millones en importación de combustibles, de los cuales US$4.200 millones fueron tan solo en 2022.
Luego de la tormenta –un escándalo de un supuesto desfalco de $8,5 billones en la construcción de la nueva Refinería de Cartagena–, viene la calma. El pasado mes de junio, un tribunal de arbitramento de la Cámara de Comercio Internacional, definió que gran parte de los sobrecostos del proyecto fueron causados por el contratista CB&I, y lo obligaron a pagar US$1.000 millones, más los intereses.
El presidente de Reficar es el abogado Herman Galán, que ascendió al cargo en 2020 luego de varios años como vicepresidente jurídico de la compañía y una carrera de gestión de compañías en crisis.
Fuente: Forbes