El gobierno de Brasil busca aumentar la producción petrolera y reducir la dependencia de importaciones, con la unión a la OPEP+.
El gobierno de Brasil ha dado un paso significativo al unirse a la OPEP+, un grupo de países exportadores de petróleo. Esta decisión marca la evolución del país hacia un importante estado petrolero, solo nueve meses antes de ser sede de la cumbre climática anual de las Naciones Unidas. La aprobación del Consejo Nacional de Política Energética se produjo en respuesta a una invitación oficial en 2023.
Brasil se une a los 12 miembros de la OPEP y otras 10 naciones productoras de petróleo importantes, como Rusia. Aunque no tendrá obligaciones vinculantes como recortes de producción, el ministro de Minas y Energía, Alexandre Silveira, considera que la OPEP+ es un foro para discutir estrategias entre países productores de petróleo. Silveira enfatiza que Brasil necesita crecer, desarrollarse y crear ingresos y empleos.
El presidente Luiz Inácio Lula da Silva ha promovido la protección del medio ambiente y la reducción de la deforestación en la selva amazónica. Sin embargo, también ha argumentado que los nuevos ingresos petroleros podrían financiar una transición hacia la energía verde. En las últimas semanas, ha presionado para que se apruebe la perforación exploratoria cerca de la desembocadura del río Amazonas.
La decisión de Brasil de unirse a la OPEP+ ha sido criticada por grupos ambientales, que consideran que esta medida va en contra de los objetivos de reducir el uso de combustibles fósiles y mitigar el cambio climático. Suely Araújo, portavoz del Observatorio del Clima, afirma que esta decisión «indica que estamos eligiendo soluciones del pasado ante un enorme desafío para el presente y el futuro».
Fuente: cnnespanol.cnn
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