Bolivia enfrenta una crisis económica agravada por la escasez de divisas y un fuerte desabastecimiento de combustible. En respuesta, el Banco Central de Bolivia (BCB) ha decidido flexibilizar las reglas en torno a sus reservas nacionales de oro, permitiendo potencialmente una mayor liquidez para pagar importaciones cruciales y aliviar la crisis de combustible.
El BCB emitió una resolución que permite reportar las reservas de oro dos veces al año, en lugar de en tiempo real o con mayor frecuencia. Con reportes fijados el 5 de noviembre y el 5 de mayo, el banco central puede flexibilizar temporalmente la cantidad de oro en reservas, incluso por debajo del umbral legal de 22 toneladas, entre estas fechas de reporte. Esta medida tiene el propósito de brindar al banco la “flexibilidad” necesaria para asegurar el funcionamiento adecuado de los pagos internacionales en un contexto en el que Bolivia lucha por mantener flujos de importación estables. El país atraviesa una crisis de divisas que afecta la disponibilidad de productos esenciales, como el combustible, y dispara la inflación. Sin un flujo constante de divisas, Bolivia ha tenido dificultades para adquirir bienes de importación clave. Esta situación no solo impacta a los ciudadanos de manera directa, sino que también debilita la economía al frenar la actividad industrial y comercial. Además, el clima político interno complica aún más la situación. Los enfrentamientos entre los seguidores del presidente Luis Arce y del expresidente Evo Morales exacerban la tensión en el país, desestabilizando la economía e impactando las relaciones internacionales. La estabilidad en el suministro de combustible y bienes esenciales se vuelve, por tanto, un factor crítico.
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