El pliego de las obras de reversión de las plantas compresoras que tiene el Gasoducto Norte en Lumbreras, Lavalle, Deán Funes y Ferreyra prevé como plazo máximo de finalización el 30 de junio de 2025.
El acuerdo entre Energía Argentina (Enarsa) con Petrobras, por el cual Brasil cederá desde julio entre cuatro y cinco millones de metros cúbicos diarios de gas de su contrato con Bolivia para evitar cortes y restricciones en el suministro de usinas térmicas, industrias y estaciones de GNC del NOA disipó la incertidumbre que envolvía a la región en la proximidad de los días más fríos del año. Con las producciones gasíferas de Salta y Tarija desmoronadas, y el plan de reversión del Gasoducto Norte retrasado en los tramos de obras que resultan indispensables para poder cubrir los picos de demanda del norte argentino con gas de Vaca Muerta, la ayuda de Brasil fue más que providencial.
El gesto del gigante del Mercosur, en efecto, devolvió la previsibilidad que las economías regionales del NOA habían perdido en octubre de 2023, cuando Yacimientos Petrolíferos de Bolivia (YPFB) comunicó a Enarsa que los despachos de gas firmes desde Yacuiba hacia Campo Durán se cortaban definitivamente el 1 de julio, ante la imposibilidad de responder con la declinante producción de los yacimientos gasíferos de Tarija a las demandas internas del vecino país, la voluminosa cuota de abastecimiento comprometida con Brasil y los despachos que Argentina había solicitado extender al menos hasta septiembre para evitar un invierno plagado de onerosos sobresaltos energéticos en las provincias del norte argentino.
Tras el acuerdo de triangulación sellado en Río de Janeiro, desde Enarsa y la Secretaría de la Nación se aseguró que la reversión del Gasoducto Norte, que debía estar completada en junio, pero se retrasó por procesos de contratación que quedaron a mitad de camino en la transición de los gobiernos de Alberto Fernández y Javier Milei, se completaría entre finales del invierno y la primavera de este año.
Fuente: Nuevo Diario de Salta